martes, 8 de enero de 2013

Práctica invidual Ciudades Educadoras


Práctica individual Ciudades Educadoras.

     La Asociación Internacional de Ciudades Educadoras (AICE) es una organización de gobiernos locales de todo el mundo comprometidos con la Carta de Ciudades Educadoras. Se inició como movimiento en 1990, en Barcelona, y se formalizó como Asociación Internacional de Ciudades educadoras en 1994, en Bolonia.

     Las ciudades educadoras, son aquellas que siguiendo la Carta de Ciudades Educadoras, tienen como objetivo trabajar conjuntamente en proyectos y actividades que ayuden a mejorar la calidad de vida de los habitantes, buscando que estos se impliquen en el desarrollo de la comunidad, que aprendan, compartan, intercambien, etc. Más concretamente, en primer lugar, pretenderá "invertir" en la educación, en cada persona, de manera que éste sea cada vez más capaz de expresar, afirmar y desarrollar su propio potencial humano, con su singularidad, creatividad y responsabilidad. En segundo lugar, promover condiciones de plena igualdad para que todos puedan sentirse respetados y ser respetuosos, capaces de diálogo. Y, en tercer lugar, conjugar todos los factores posibles para que pueda construirse, ciudad a ciudad, una verdadera sociedad del conocimiento sin exclusiones, para lo que hay que prever entre otras necesidades, un acceso fácil de toda la población a las tecnologías de la información y de las comunicaciones que permiten su desarrollo.
  
      El autor Trilla, habla de las Ciudades Educadoras diciendo lo siguiente: “El concepto de Ciudad Educadora acoge e interrelaciona procesos educativos formales, no formales e informales. La ciudad educativa es un entramado de instituciones y lugares educativos. Los nudos más estables y obvios de esta trama están constituidos por las instituciones formales de educación (escuelas, universidades, etc.). Pero coexisten con ellas, por un lado, todo el conjunto de intervenciones educativas no formales (organizadas a partir de objetivos explícitos de formación o enseñanza pero fuera del sistema de la enseñanza reglada: educación en el tiempo libre, auto-escuelas, etc.), y, por otro lado, el difuso y penetrante conjunto de vivencias educativos informales (espectáculos, publicidad, relaciones de amistad, etc., etc.). Quizás el medio urbano sea precisamente el mejor ejemplo de las constantes interacciones entre estos modos de educación.”


      Los principios que aparecen en la Carta de las Ciudades Educadoras que considero que se relacionan con la Animación Sociocultural son el 2, el 3, el 9, el 12, el 18 y el 20.


      Como proyecto de ciudad educadora presento el realizado en Donostia-San Sebastián, como firmante de la Carta de Ciudades Educadoras, está comprometida en un proyecto que concibe a la propia cuidad como una agente educador más, que comparte espacios y objetivos con las estructuras educativas tradicionales, como la familia o la escuela, y que se  complementa con la labor de otros instrumentos educativos e informativos, como los medios de comunicación. Que entiende la ciudad como un espacio de unión y encuentro. Como un escenario con personalidad propia que se relaciona con sus entornos para aprender, intercambiar y compartir...

      Un proyecto que trata de extender entre toda la ciudadanía los valores del derecho a la vida, la paz, la tolerancia, la cooperación internacional, la justicia, la igualdad, la libertad... En el que Donostia tiene la voluntad de ser una ciudad modélica y referente en el respeto y defensa plena de los Derechos  Humanos. Solidaria. Con mirada joven. Abierta al mundo y a su ciudadanía. Que construye, entre todas y todos, los cimientos de una sociedad más libre, justa, plural, tolerante, dialogante y serena.

     La Alcaldía y la Dirección de Juventud, Educación, Cooperación y Derechos Humanos están comprometidas con responsabilidad e ilusión, en este proyecto educador que aborda de manera integral, transversal y humana las diferentes políticas e iniciativas con un objetivo común: que cualquier decisión, servicio y actuación que se lleve a cabo desde la estructura municipal, suponga un paso más en el reto compartido de educar y convivir en valores.

     Este proyecto cívico invierte en cada persona, para que cada ciudadano y ciudadana sea cada vez más capaz de expresar, afirmar y desarrollar su propio potencial humano y su proyecto de vida, con libertad y armonía. De aprender nuevos lenguajes. De relacionarse, convivir y acercarse a su entorno cercano y lejano; conocido y desconocido. En definitiva, de enriquecerse en valores de forma individual y colectiva. En el que todas y todos ganamos. Por ello, entre las funciones del Animador Sociocultural deberán darse:
  •   Mediación social y cultural: movilizar los recursos de la comunidad, generar procesos de encuentro y colaboración entre instituciones, colectivos e individuos.
  •    Función de socialización: acción colectiva asumida por todos. El animador debe propiciar la mejora del ambiente social, orientar las energías hacia la participación y favorecer el desarrollo de una sociedad plural.
  • Promoción de redes ciudadanas: redes que favorezcan la inclusión y participación social.
  •    Gestión de equipos socioculturales: diseñar y coordinar el trabajo de los diferentes equipamientos socioculturales y potenciar su red, los procesos de comunicación entre ellos y su actividad coordinadora.
  •    Función crítica: animar a las personas al cambio social. Los animadores trabajaran para promocionar nuevos modelos de vida comunitaria.  


     Éste es el enlace al proyecto que se corresponde con la página del ayuntamiento de San Sebastián: 
http://www.donostia.org/info/juventud/ciudadeducadora.nsf/vowebContenidosId/NT0000090E?OpenDocument&idioma=cas&id=J475302&doc=D