Práctica individual Ciudades Educadoras.
La Asociación Internacional
de Ciudades Educadoras (AICE) es una organización de gobiernos locales de todo
el mundo comprometidos con la Carta de Ciudades Educadoras. Se inició como
movimiento en 1990, en Barcelona, y se formalizó como Asociación Internacional
de Ciudades educadoras en 1994, en Bolonia.
Las
ciudades educadoras, son aquellas que siguiendo la Carta de Ciudades
Educadoras, tienen como objetivo trabajar conjuntamente en proyectos y
actividades que ayuden a mejorar la calidad de vida de los habitantes, buscando
que estos se impliquen en el desarrollo de la comunidad, que aprendan,
compartan, intercambien, etc. Más concretamente, en primer lugar, pretenderá
"invertir" en la educación, en cada persona, de manera que éste sea
cada vez más capaz de expresar, afirmar y desarrollar su propio potencial
humano, con su singularidad, creatividad y responsabilidad. En segundo lugar,
promover condiciones de plena igualdad para que todos puedan sentirse
respetados y ser respetuosos, capaces de diálogo. Y, en tercer lugar, conjugar
todos los factores posibles para que pueda construirse, ciudad a ciudad, una
verdadera sociedad del conocimiento sin exclusiones, para lo que hay que prever
entre otras necesidades, un acceso fácil de toda la población a las tecnologías
de la información y de las comunicaciones que permiten su desarrollo.
El
autor Trilla, habla de las Ciudades Educadoras diciendo lo siguiente: “El
concepto de Ciudad Educadora acoge e interrelaciona procesos educativos
formales, no formales e informales. La ciudad educativa es un entramado de
instituciones y lugares educativos. Los nudos más estables y obvios de esta
trama están constituidos por las instituciones formales de educación (escuelas,
universidades, etc.). Pero coexisten con ellas, por un lado, todo el conjunto
de intervenciones educativas no formales (organizadas a partir de objetivos
explícitos de formación o enseñanza pero fuera del sistema de la enseñanza
reglada: educación en el tiempo libre, auto-escuelas, etc.), y, por otro lado,
el difuso y penetrante conjunto de vivencias educativos informales
(espectáculos, publicidad, relaciones de amistad, etc., etc.). Quizás el medio
urbano sea precisamente el mejor ejemplo de las constantes interacciones entre
estos modos de educación.”
Los principios que
aparecen en la Carta de las Ciudades Educadoras que considero que se relacionan
con la Animación Sociocultural son el 2, el 3, el 9, el 12, el 18 y el 20.
Como proyecto de ciudad educadora presento
el realizado en Donostia-San Sebastián, como firmante de la Carta de Ciudades
Educadoras, está comprometida en un proyecto que concibe a la propia cuidad
como una agente educador más, que comparte espacios y objetivos con las
estructuras educativas tradicionales, como la familia o la escuela, y que
se complementa con la labor de otros instrumentos educativos e
informativos, como los medios de comunicación. Que entiende la ciudad como un
espacio de unión y encuentro. Como un escenario con personalidad propia que se
relaciona con sus entornos para aprender, intercambiar y compartir...
Un proyecto que trata de extender entre toda la ciudadanía los valores del
derecho a la vida, la paz, la tolerancia, la cooperación internacional, la
justicia, la igualdad, la libertad... En el que Donostia tiene la voluntad de
ser una ciudad modélica y referente en el respeto y defensa plena de los
Derechos Humanos. Solidaria. Con mirada joven. Abierta al mundo y a su ciudadanía.
Que construye, entre todas y todos, los cimientos de una sociedad más libre,
justa, plural, tolerante, dialogante y serena.
La Alcaldía y la Dirección de Juventud, Educación, Cooperación y Derechos
Humanos están comprometidas con responsabilidad e ilusión, en este proyecto
educador que aborda de manera integral, transversal y humana las diferentes
políticas e iniciativas con un objetivo común: que cualquier decisión, servicio
y actuación que se lleve a cabo desde la estructura municipal, suponga un paso más
en el reto compartido de educar y convivir en valores.
Este proyecto cívico invierte en cada persona, para que cada ciudadano y
ciudadana sea cada vez más capaz de expresar, afirmar y desarrollar su propio
potencial humano y su proyecto de vida, con libertad y armonía. De aprender
nuevos lenguajes. De relacionarse, convivir y acercarse a su entorno cercano y
lejano; conocido y desconocido. En definitiva, de enriquecerse en valores de
forma individual y colectiva. En el que todas y todos ganamos. Por ello, entre
las funciones del Animador Sociocultural deberán darse:
- Mediación
social y cultural: movilizar los recursos de la comunidad, generar
procesos de encuentro y colaboración entre instituciones, colectivos e
individuos.
-
Función de socialización: acción colectiva asumida por todos.
El animador debe propiciar la mejora del ambiente social, orientar las
energías hacia la participación y favorecer el desarrollo de una sociedad
plural.
- Promoción de redes ciudadanas: redes que favorezcan la inclusión
y participación social.
-
Gestión de equipos socioculturales: diseñar y coordinar el
trabajo de los diferentes equipamientos socioculturales y potenciar su
red, los procesos de comunicación entre ellos y su actividad coordinadora.
-
Función crítica: animar a las personas al cambio social. Los
animadores trabajaran para promocionar nuevos modelos de vida comunitaria.
Éste es el enlace al proyecto que se corresponde con la
página del ayuntamiento de San Sebastián:
http://www.donostia.org/info/juventud/ciudadeducadora.nsf/vowebContenidosId/NT0000090E?OpenDocument&idioma=cas&id=J475302&doc=D
http://www.donostia.org/info/juventud/ciudadeducadora.nsf/vowebContenidosId/NT0000090E?OpenDocument&idioma=cas&id=J475302&doc=D